jueves, 28 de julio de 2011

Un féretro en el tocador de señoras. Regina Roman.

               Había visto muchas reseñas de este libro y estaba deseando leerlo así que ya os imaginaréis que, cuando gané el concurso de Cuéntate la vida, uno de mis blogs favoritos y Goizeder (¡gracias, guapa!) me envió el libro a casa me puse más contenta que unas castañuelas.
      Suponía que lo iba a pasar bien leyendo Un féretro en el tocador de señoras y la verdad es que no me equivoqué, resultó ser un libro muy fresco y divertido que me leí en un suspiro y me dio ganas de seguir conociendo a Regina Roman, su autora.
      Olivia es una niña pija con todas las letras, vive en casa de sus padres y con un nivel de vida alto, tiene un novio de toda la vida acorde con la situación y acaba de terminar la carrera de derecho. Por si eso fuera poco, va a estudiar las oposiciones a notaria.

       Así empieza la historia que nos cuentan en este libro, con una chica joven y vital a punto de encerrarse en su casa a estudiar por lo siglos de los siglos (ya sabemos lo duras que son estas oposiciones). Pero claro, si la cosa quedara ahí no tendríamos libro que leer. Olivia despierta de repente, como quien dice y opta por decidir ella sola su vida, sin que sus padres se la organicen. Esto le va a acarrear, no solo el enfado de su padre sino que su vida entera se dé la vuelta por que, tras intentar, sin éxito, vivir con su novio tendrá que plantearse muchas cosas, buscar una casa donde vivir, superar algún que otro obstáculo para poder dedicarse a lo que de verdad le gusta… En definitivas cuentas, va a pasar de una vida más que resuelta a una vida por resolver. Además, va a conocer a alguien muy especial que ya vivía en su piso antes de instalarse ella, un fantasma simpático y revoltoso que le va a dar muchos dolores de cabeza y muchos buenos ratos.
        Como veis no es un libro con una trama complicada ni nos va a hacer plantearnos lo divino y lo humano, nada de eso. Es un libro entretenido que, seguramente, no pretende ser mucho más.
        Yo me he divertido mucho leyéndolo y debo reconocer que la protagonista, Olivia, se ha ganado toda mi simpatía y que me ha encantado ir viendo circular por el libro personajes y situaciones de lo más pintorescas y disparatadas porque además, la autora tiene el buen gusto de ir sorprendiéndonos a medida que vamos pasando páginas.
        En fin, que a mí me ha gustado mucho y lo recomiendo, además me parece una lectura estupenda de verano, ideal para bajar a la playa o a la piscina y para leer en el tren o en el avión.


       La única pega que le pongo es que el cambio de Olivia, que se va produciendo a lo largo del libro, va complementado con un montón de tacos y palabras mal sonantes y es una pena porque este tipo de lenguaje hay que saber usarlo, bien puesto puede hasta darle vidilla al texto pero en exceso pierde efectividad, bajo mi punto de vista.
       ¡Ah! Y un tirón de orejas a la editorial porque yo creo que se han saltado algún paso en la corrección.
       Por lo demás, si tenéis ganas de pasar un ratito divertido Un féretro en el tocador de señoras puede ser vuestro libro del momento.

miércoles, 13 de julio de 2011

La mujer del faro. Ann Rosman.


            Al igual que en el blog de literatura infantil, se me han acumulado las entradas y los libros que quiero reseñar y como esto es para disfrutar de la lectura, voy a tomármelo con calma y a ir hablando de los que voy leyendo. En parte el atasco se ha producido porque quería hablaros de libros que sé que me gustaron hace mucho pero que, ahora, soy incapaz de recordar lo suficiente como para hablaros de ellos. Me da pena porque los blogs están llenos de novedades interesantes pero, a veces, también nos gusta que nos recomienden libros que en su momento no llegaron a nosotros. En fin, a ver si se me ocurre algo, de momento, vamos allá con mis últimas lecturas.
     Desde hace unos años parece que no hay autores de novela negra nada más que en Suecia. Eso tiene su parte buena y su parte mala. La buena, estamos descubriendo un sinfín de libros entretenidos que nos transportan a lugares fríos y con mucho encanto. La mala, pasan desapercibidos escritores muy buenos que no tuvieron la suerte de nacer en el país de moda del momento (suerte que los buenos lectores siempre rebuscamos y damos con ellos), a ver si vamos rotando y pasamos a Francia, a Inglaterra, a Alemania o a cualquier otra parte del mundo para descubrir nuevas joyas J
      Mi reseña de hoy, claro, va con las tendencias actuales y nos lleva a Marstrand, un pueblecito de la costa sueca en el que vamos a pasar mucho frío (o esa sensación tuve yo todo el tiempo) y en el que muertes extrañas y secretos de familia nos irán enredando.


      Ann Rosman nos presenta en La mujer del faro a Karin Adler, joven policía a la que le encanta navegar y que pasa por un momento delicado en su vida privada. Está deseando tener un primer caso en el que trabajar y este va a llegar de la mano de un cadáver emparedado que aparecerá en un faro mientras este es restaurado.
      En un primer momento Karin y su compañero Folke solo tienen una lista de desaparecidos y una alianza de matrimonio, pero antes o después encontrarán un hilo del que tirar y que se enredará con historias antiguas de vecinos del pueblo y con familias que tiene secretos que guardar.
      No sé a vosotros pero a mí, eso de que haya oscuros secretos familiares siempre me llama mucho la atención y me intriga. Con estos ingredientes, empecé a leer el libro animada y pensando, “a ver si descubrimos una gran escritora”. No ha sido así, no he dado con una joyita imprescindible en cualquier estantería que se precie, pero sí con una historia entretenida con la que pasar el rato.

     En mi caso, creo que a los personajes les falta profundidad y que la trama podía haber dado mucho más de sí. No ha sido un libro de esos que se te caen de las manos pero sí ha habido momentos en que me ha parecido un poco lento y la manera en que se ha ido desarrollando la acción me parece un poco cogida con alfileres.
     Por otro lado, no he llegado a sentirme identificada con ningún personaje y las historias de estos son tan enrevesadas que he tenido que volver atrás de  vez en cuando porque me perdía. Esto no es del todo culpa de la autora, los nombres suecos en este caso son muchos y a mí me resultaban muy parecidos así que me he liado bastante.
      En fin, que no es gran cosa y en absoluto se puede comparar con los de Camilla Läckberg como hacen para promocionarlo. Si bien no considero los libros de esta última obras maestras, debo decir que están mejor escritos y tiene mucha más consistencia que La mujer del faro.

       Si no tenéis nada entre manos podéis pasar un ratillo entretenido y por supuesto, los paisajes y el entorno son fascinantes pero no mi opinión es que no se debe esperar mucho más de él.
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