jueves, 26 de abril de 2012

Las horas distantes. Kate Morton.


    Pues sí, aquí traigo la reseña del último libro de Kate Morton. La verdad es que pensé que tardaría más en tenerlo pero soy una afortunada y un buen amigo me lo regaló hace poco.

     El jardín olvidado fue el primer libro que reseñé en este blog y la verdad es que me gustó mucho. Más adelante intenté leer La casa de Riverton pero debí de elegir mal el momento porque no consiguió engancharme. Decidí dejarlo para más adelante, ya llegará su tiempo, mi madre dice que le gustó incluso más que El jardín olvidado. Y ahora ya tengo, también, algo que decir sobre el último libro de la autora, Las horas distantes.

     El caso es que este me ha gustado menos que el primero que leí, creo que porque me ha parecido más triste pero, aún así, he disfrutado leyéndolo.



     Edie Burchill trabaja en una pequeña editorial londinense y vive sumergida en el mundo de los libros. Cuando empezamos a leer el libro la encontramos en medio de una ruptura sentimental tratando de reunir fuerzas para darle la noticia a su madre con la que tienen una relación más bien distante. Un día, mientras están preparando el pollo asado de la comida llega una misteriosa carta, enviada hace muchos años y su madre, al leerla, rompe en un llanto desconsolado. Es así como Edie se entera de que su progenitora fue una de las muchas niñas evacuadas junto a sus hermanos y hermanas a las que se envió lejos de Londres durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Ella fue acogida, en Milderhust Castle, por la excéntrica Juniper Blythe que vive allí junto a su padre y sus hermanas gemelas.

     Tras la sorpresa inicial Edie no puede quitarse de la cabeza el llanto amargo de su madre, sospecha que, en aquellos años, algo pasó que hizo que esta cambiara, ¿por qué si no iba a provocarle tanto trastorno una vieja carta?

     La historia, como veis, es muy del estilo de la escritora, siempre relacionado con los libros, los escritores y los cuentos. Un secreto, un pasado tormentoso y continuos saltos en el tiempo, en ese sentido, esta vez tampoco cambia. Debo reconocer que nunca me han gustado demasiado los libros con esta peculiaridad, os parecerá una tontería pero me da a sensación de que yo me entero de todo pero los personajes no y eso me pone nerviosa. De todos modos, eso no impide que me mantenga intrigada.

     Lo que más me gusta de los libros de Kate Morton es, precisamente, que en sus novelas los libros tengan un papel tan importante, le da mucho encanto a la historia. En este caso, las tardes en la pequeña editorial de Nothing Hill o la hora de tomar el té en el piso de arriba me ha hecho pasar algunos ratitos muy agradables.

     Sobre la historia, sí creo que esta vez las dos, presente y pasado, son más flojas, pero aún así, mantienen la intriga porque sabemos que vamos a descubrir secretos terribles. Los personajes, sobre todo del pasado, contribuyen a crear la sensación de inquietud y los del presente se encargan de darle un poco luz a la narración. Pero, como ya os he dicho, este libro me ha parecido más triste, mucho más y me ha resultado un poco desalentador ver tantas ilusiones y sueños rotos. Creo que eso es lo que ha hecho que me guste un poco menos, el hecho da saber que algunas situaciones no se van a arreglar sino todo lo contrario. Así de tontorrona soy, me gustan los finales felices.



     Con todo, creo que a las personas que les gustó El jardín olvidado, este nuevo libro también le va a gustar, es entretenido e intrigante, se lee con facilidad ya que lleva un ritmo relativamente ágil y los paisajes acompañan la narración al cien por cien haciendo que nos sumerjamos en los jardines de Milderhurst Castle o que paseemos por las calles del pueblo.

     Cada personaje tiene algo que aportar y que decir y con todos vamos a hacer descubrimientos. No es que sean muy originales pero tampoco llegan a ser clichés, están bastante bien construidos y tienen profundidad para fascinarnos. Edie, la protagonista, es además, muy agradable y acompañarla en sus correrías por la novela es un placer. Para los amantes de los libros que paseamos estos lares, será imposible no sentir en algún momento una sana envidia al imaginarla trabajando en los proyectos de su editorial y en otros más intrigantes.

     En definitiva, que me ha gustado. Creo que si la autora sigue manteniendo esta estructura mucho tiempo, sin innovar en absoluto, se arriesga a ir perdiendo fuerza pero, de momento, ha conseguido que me mantenga pegada a las páginas del libro queriendo saber más y eso es muy de agradecer. Si aún no lo habéis leído, os recomiendo que le echéis un vistacillo.

     Y ya no me queda más que desearos que paséis un buen puente. Yo me voy unos días al campo y allí no tengo casi cobertura así que no sé si podré responder los comentarios pero cuando vuelva me pondré al día.

     Un abrazo grande y nos leemos.

lunes, 23 de abril de 2012

¡Feliz día del libro!




    “Hay historias que, si las lees a la edad apropiada, te acompañarán el resto de tu vida. Puede que olvides el título, o quién las escribió, puede que con el paso del tiempo no recuerdes con claridad los detalles de la trama, pero si un relato te conmueve en cualquier sentido, pasará a formar parte de ti y se instalará para siempre en algún rincón remoto de tu mente”.

                                                     Neil Gaiman.

jueves, 19 de abril de 2012

El club de los viernes. Kate Jacobs.


    He tenido bastantes problemas últimamente con blogger y no conseguía actualizar ni comentar, ni mis blogs, ni los de los demás. Poco a poco vamos poniéndonos al día y hoy traigo un libro de esos de sofá y mantita, fácil de leer, agradable, lleno de personajes entrañables...



    Ya os conté que, desde hace unos meses, me he aficionado a eso de trastear con las lanas. Aprendí a hacer ganchillo y ahora ando peleando con el punto del derecho y del revés en las dos agujas. ¡Una nueva afición que me tiene de lo más entretenida y motivada!





    Ante este panorama y con El club de los viernes rondando por casa de mis padres, me pareció que era muy buen momento para sumergirme en él.



    Sé que este libro no es una novedad, de hecho, hace tiempo que se lo regalé a mi madre pero, me habían comentado que era de esos de llorar y no me animaba. Además, cuando un libro me hace llorar me da coraje porque con las lágrimas no veo y no puedo seguir leyendo.



    En fin, el caso es que dejé el libro para más adelante y me dediqué a otros, ya sabéis cómo es la lista infinita. Pero hace poco, una bloguera ganchillera me lo recomendó y pensé “igual es buen momento”. Y como mi madre me dijo que a ella le había gustado me decidí.





    La historia es sencilla. Georgia Walker es la dueña de una tienda de lanas que está situada en pleno Manhattan, es soltera y tiene una hija adolescente que está descubriendo su pasión por la cocina. Su tienda de lanas tiene un grupo de tejedoras que se reúnen los viernes para tricotar un rato, comentar sus cosas y ayudarse en sus labores. Cada una ha llegado allí por una razón y cada una tiene sus secretos, sus temores y sus peculiaridades pero poco a poco irán haciéndose amigas y compartiendo algo más que las tardes de los viernes. Ya veis, se resume pronto, pero claro, lo más interesante es todo lo que no os cuento, como que a la vida de Georgia van a regresar personas a las que creía tener más que olvidadas o que en el grupo cada mujer se irá descubriendo a sí misma, sus deseos y sus ilusiones al tiempo que cuenta puntos.



    Esta es una de esas novelas que, en general, te dejan con buen sabor de boca, es muy fácil de leer ya que mantiene un ritmo ágil y ligero y cada personaje te atrapa a su manera, manteniendo la intriga y deseando que encuentren lo que buscan. No es una historia con grandes pretensiones, creo que solo quiere ser agradable y cálida y la verdad es que con tanta lana por todas partes, lo consigue. Una tienda de lanas es un sitio acogedor y maravilloso y creo que, como las librerías o las tiendas de té, existen para que podamos refugiarnos.





    Quizás hayáis oído comentarios sobre su final, es cierto que es un poco chocante pero, como el resto del libro, es positivo y trata el dolor como lo que es, un viejo compañero de viaje con el que debemos aprender a convivir.



    En fin, que si no lo habéis leído, yo os lo recomiendo, se lee rápido puede ser un buen descanso en esas listas de pendientes que todos tenemos y que a veces son un poco densas.



    Aprovecho esta entrada para enseñaros una de mis creaciones, ¡mi primer chal! Y os lo quiero enseñar por varios motivos. Primero, porque me apunté a una especie de labor conjunta (sí, como las lecturas pero con labores), pero como aún soy bastante inexperta no conseguí entender el patrón como para que el chal en cuestión me quedara bonito. Después de pasar una semana haciendo y deshaciendo decidí quitarme la espinita buscando un patrón bien explicado de otro modelo porque, bueno, hay que ir con calma pero, ¡yo hacía un chal como que me llamo María!





   Además, es la primera prenda que hago, me quedo y puedo usar, vamos, lo primero que hago para mí, todo lo demás han sido regalos. Me hice un jersey pero, como buena novata usé el modelo “demasiado pequeño” y me resulta bastante incomodo.



    Así que, aquí lo tenéis, aún me queda mucho por aprender pero a mí me parece que ha quedado bastante bien.





    Y después de enseñaros un poquito más de mí y recomendaros un libro entretenido os dejo tranquilos. Gracias, como siempre, por el apoyo y la compañía.



    Un abrazo a todos y nos leemos.
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