Pues sí, aquí traigo la reseña del
último libro de Kate Morton. La verdad es que pensé que tardaría
más en tenerlo pero soy una afortunada y un buen amigo me lo regaló
hace poco.
El jardín olvidado fue el
primer libro que reseñé en este blog y la verdad es que me gustó
mucho. Más adelante intenté leer La casa de Riverton pero
debí de elegir mal el momento porque no consiguió engancharme.
Decidí dejarlo para más adelante, ya llegará su tiempo, mi madre
dice que le gustó incluso más que El jardín olvidado. Y
ahora ya tengo, también, algo que decir sobre el último libro de la
autora, Las horas distantes.
El
caso es que este me ha gustado menos que el primero que leí, creo
que porque me ha parecido más triste pero, aún así, he disfrutado
leyéndolo.
Edie
Burchill trabaja en una pequeña editorial londinense y vive
sumergida en el mundo de los libros. Cuando empezamos a leer el libro
la encontramos en medio de una ruptura sentimental tratando de reunir
fuerzas para darle la noticia a su madre con la que tienen una
relación más bien distante. Un día, mientras están preparando el
pollo asado de la comida llega una misteriosa carta, enviada hace
muchos años y su madre, al leerla, rompe en un llanto desconsolado.
Es así como Edie se entera de que su progenitora fue una de las
muchas niñas evacuadas junto a sus hermanos y hermanas a las que se
envió lejos de Londres durante los bombardeos de la Segunda Guerra
Mundial. Ella fue acogida, en Milderhust Castle, por la excéntrica
Juniper Blythe que vive allí junto a su padre y sus hermanas
gemelas.
Tras
la sorpresa inicial Edie no puede quitarse de la cabeza el llanto
amargo de su madre, sospecha que, en aquellos años, algo pasó que
hizo que esta cambiara, ¿por qué si no iba a provocarle tanto
trastorno una vieja carta?
La
historia, como veis, es muy del estilo de la escritora, siempre
relacionado con los libros, los escritores y los cuentos. Un secreto,
un pasado tormentoso y continuos saltos en el tiempo, en ese sentido,
esta vez tampoco cambia. Debo reconocer que nunca me han gustado
demasiado los libros con esta peculiaridad, os parecerá una tontería
pero me da a sensación de que yo me entero de todo pero los
personajes no y eso me pone nerviosa. De todos modos, eso no impide
que me mantenga intrigada.
Lo
que más me gusta de los libros de Kate Morton es, precisamente, que
en sus novelas los libros tengan un papel tan importante, le da mucho
encanto a la historia. En este caso, las tardes en la pequeña
editorial de Nothing Hill o la hora de tomar el té en el piso de
arriba me ha hecho pasar algunos ratitos muy agradables.
Sobre
la historia, sí creo que esta vez las dos, presente y pasado, son
más flojas, pero aún así, mantienen la intriga porque sabemos que
vamos a descubrir secretos terribles. Los personajes, sobre todo del
pasado, contribuyen a crear la sensación de inquietud y los del
presente se encargan de darle un poco luz a la narración. Pero, como
ya os he dicho, este libro me ha parecido más triste, mucho más y
me ha resultado un poco desalentador ver tantas ilusiones y sueños
rotos. Creo que eso es lo que ha hecho que me guste un poco menos, el
hecho da saber que algunas situaciones no se van a arreglar sino todo
lo contrario. Así de tontorrona soy, me gustan los finales felices.
Con
todo, creo que a las personas que les gustó El jardín
olvidado, este nuevo libro
también le va a gustar, es entretenido e intrigante, se lee con
facilidad ya que lleva un ritmo relativamente ágil y los paisajes
acompañan la narración al cien por cien haciendo que nos sumerjamos
en los jardines de Milderhurst Castle o que paseemos por las calles
del pueblo.
Cada
personaje tiene algo que aportar y que decir y con todos vamos a
hacer descubrimientos. No es que sean muy originales pero tampoco
llegan a ser clichés, están bastante bien construidos y tienen
profundidad para fascinarnos. Edie, la protagonista, es además, muy
agradable y acompañarla en sus correrías por la novela es un
placer. Para los amantes de los libros que paseamos estos lares, será
imposible no sentir en algún momento una sana envidia al imaginarla
trabajando en los proyectos de su editorial y en otros más
intrigantes.
En
definitiva, que me ha gustado. Creo que si la autora sigue
manteniendo esta estructura mucho tiempo, sin innovar en absoluto, se
arriesga a ir perdiendo fuerza pero, de momento, ha conseguido que me
mantenga pegada a las páginas del libro queriendo saber más y eso
es muy de agradecer. Si aún no lo habéis leído, os recomiendo que
le echéis un vistacillo.
Y ya
no me queda más que desearos que paséis un buen puente. Yo me voy
unos días al campo y allí no tengo casi cobertura así que no sé
si podré responder los comentarios pero cuando vuelva me pondré al
día.
Un
abrazo grande y nos leemos.