viernes, 20 de diciembre de 2013

El matrimonio de la señorita Buncle. D. E. Stevenson.


Vaya por delante, antes de escribir esta reseña, que sufro, nuevamente, crisis lectora y que dejo a medias libros que sé que, en otro momento, me hubieran encantado. No los dejo para siempre, también sé que volverá su momento y entonces los disfrutaré como es debido. Pero quería contároslo porque, si bien este es uno de los libros que he terminado y disfrutado, tampoco él ha llegado a mí en el mejor momento.


     Sabéis que El libro de la señorita Buncle me gustó muchísimo, me pareció encantador y con él me reí y tuve una lectura realmente agradable. Por eso, en cuanto pude quise volver a encontrarme con la querida señorita Buncle, ahora, ya la señora Abbott, puesto que se casó, hace 9 meses con su editor, Arthur. Son un matrimonio feliz y llevan una vida apacible y tranquila aunque no todo lo que ellos quisieran. Por eso y porque Bárbara siente que es lo que deben hacer, al comienzo de la novela buscan un nuevo hogar y lo encuentran, claro, en Wandlebury, en la Casa del Arco. Un caserón grande y algo ruinoso al que nuestra protagonista adivina todo su encanto.

     Como es natural, el cambio de domicilio trae de la mano nuevos personajes y nuevas historias por lo que ni el pacífico matrimonio, ni nosotros, podremos aburrirnos ni un momento. Hay mucho que ver en este nuevo lugar y, como era de esperar, Bárbara descubrirá que no todo es como aparenta ser.


     Tengo que decir que esta segunda parte me ha parecido un poco menos fresca que el libro anterior y que los personajes han perdido algo del magnetismo que los caracterizó cuando los conocí. Aún así, he disfrutado de esta lectura, me ha gustado reencontrarme con la señorita Buncle y su perspicacia y me ha encantado poder pasear por los jardines de la Casa del Arco.

     Las nuevas aventuras y los nuevos protagonistas se han ganado con facilidad mi corazoncito lector y es que ya sabéis que me fascinan esos pueblitos ingleses donde el tiempo parece correr de manera diferente al del resto del mundo.


     Bien ambientada, con algún que otro secretillo, con momentos absurdos y algo disparatados, sin perder su toque de humor y su ritmo ligero, El matrimonio de la señorita Buncle, no decepciona a los que ya conocíamos a esta escritora en la sombra. Más bien al contrario, es como un reencuentro con viejos conocidos de los que nos encanta volver a saber.

     Creo que hay un tercer libro que nos narra las aventuras de la señoriat Bucle. No sé si Alba Editorial se animará a publicarlo pero, sinceramente, espero que sí.

     Y como estos días son un poco locos para todos, os envío mis mejores deseos y espero que los disfrutéis de la manera que más os guste.

     Un abrazo a todos y nos leemos.

jueves, 21 de noviembre de 2013

En busca de April. Benjamin Black.


     Hace tiempo que es bastante raro que alguien me regale libros. Salvo mi colega Joaki, del que ya os he hablado, y Jaime, de vez en cuando, casi nadie se anima a rebuscar en las estanterías de una librería algo que traerme a casa. No me entendáis mal, comprendo que, cuando uno lee mucho, acaba siendo complicado porque nadie sabe si este o aquel libro ya te lo has leído, si conoces a este autor tan famoso o si te gustará el nuevo best seller de turno. Es difícil regalar libros y más si no eres muy lector, ¿verdad?

     Por eso, cuando en la celebración de mi último cumpleaños, mi amigo Migue me entregó un paquetito rectangular que dejaba adivinar claramente su contenido, me hizo muchísima ilusión. Y me hizo aún más que el libro que contenía el paquetito fuera totalmente nuevo para mí y ¡policiaco! Sí señores, iba a conocer un nuevo autor y una nueva saga y eso me llenó de alegría y de ganas de empezarlo inmediatamente.


     Garret Quirke, patólogo forense y personaje gris, escéptico y taciturno con un problema de alcoholismo, es el protagonista de las novelas en las que Benjamin Black (seudónimo de Jonh Banville) nos va a mostrar la Irlanda de los años 50, desde distintos ángulos y miradas pero, sobre todo, desde los más oscuros.

     Phoebe, la hija de Quirke está preocupada porque hace semanas que no tiene noticias de su mejor amiga, April Latimer, médico y a la vez, oveja negra de una influyente familia. Cuando llega a la conclusión de que algo malo ha tenido que pasar pide ayuda a su padre quien, recién salido de una clínica de desintoxicación y apoyado por su cuñado Malachy y el inspector de policía Hackett, comenzará una búsqueda llena de obstáculos y habladurías que le llevarán a la conclusión de que, a veces, las cosas son justo lo que parecen.


     Debo decir que este no es el primer libro de la serie de Quirke y que, por lo tanto, en algunos momentos he tenido la sensación de que me había subido al carro a mitad de viaje pero, en general, me ha resultado muy entretenido y he podido seguir la trama perfectamente.

     Dublín debe de ser una ciudad en la que la lluvia y la niebla forman parte de paisaje diario. En esta novela, los personajes y los hechos se funden a la perfección con este ambiente. Todo lo iremos conociendo poco a poco, todo se verá con dificultad en un principio pero se dejará entrever para, finalmente descubrirse claramente. April, a la que casi no conocemos al principio, irá tomando forma página tras página, a pesar de no aparecer en ningún momento y los hechos, lo que pensábamos que podría haber pasado, también se nos irá mostrando a medida que leamos, de manera muy gradual.


     Esta no es una historia de grandes sorpresas pero el camino recorrido en ella es su gran baza. Por lo menos, esa ha sido mi impresión. Su ritmo pausado, la tranquilidad de lo cotidiano, la mezcla del misterio con la vida real, hacen que su lectura sea tranquila y analítica y que a la vuelta de cada página hagamos un nuevo descubrimiento a la vez que se nos plantea una nueva duda.

     En cualquier caso, me ha gustado, os lo recomiendo, sin duda y yo misma volveré a las calles de Dublín, a conocer mejor a Quirke, a Phoebe, su historia común y todas las demás que les rodean.

     Este fue un regalo que me hizo mucha ilusión cuando llegó y que después se reveló como una gran lectura. Mil gracias, amigo.

    

viernes, 25 de octubre de 2013

Las marismas. Arnaldur Indridason.


    Leí en un blog de novela negra que, para los lectores que echábamos de menos al inspector Kurt Wallander (de Henning Mankell), eran muy adecuadas las novelas de otro escritor que viene del norte, esta vez de Islandia y que protagonizan otro policía gris y triste.

     Como yo sí echo de menos al querido Kurt Wallander y releer sus libros no tiene el mismo encanto me animé a conocer a Erlendur Sveinsson, a sus compañeros, Sigurður Óli y Elínborg y un poquito de la ciudad de Reikiavik y sus alrededores.


     En Las marismas, nos encontramos con el cadáver de un anciano en el sótano de un edificio y junto a él la fotografía de la tumba de una niña, enterrada hace muchos, muchos años y una extraña nota en la que se lee “yo soy él”. Para Erlendur, en un primer momento, nada tienen sentido pero, poco a poco, irá desenredando la madeja y descubriendo que el anciano guarda un oscuro pasado y que eso ha llevado a algunas personas a un triste presente.

     Debo decir que, para los nostálgicos como yo, ningún otro policía nórdico al que hayamos conocido después, ocupará el sitio de Wallander pero que Arnaldur Indridason ha conseguido, con sus historias, cautivarme por completo.


     Sabéis que la novela policiaca me encanta y que soy tremendamente fiel a varios inspectores y detectives de distintos lugares del mundo. Los nórdicos tienen de característicos que todos mantienen una atmosfera gris y triste, relaciones familiares complicadas y crímenes de lo más rebuscados, pero algunos, como el policía al que he conocido esta vez, tienen además un rasgo que es el que yo creo que los hace creíbles, humanidad, mucha humanidad. Esto los hace a la vez especiales y le da a sus novelas un toque diferente, más serio, más real.

     Y es que para Erlendur cada víctima es importante, cada historia debe ser respetada y todas las personas se merecen comprensión y respeto hasta que se demuestre lo contrario.


     Por eso y porque los crímenes no caen en lo fácil y lo morboso, es por lo que me ha gustado este libro. La historia mantiene la intriga y el suspense y nos va sorprendiendo poco a poco.

     Además, el ambiente, siempre húmedo de Reikiavik, me ha parecido llamativo y creo que es un caldo de cultivo perfecto para los casos a los que se enfrenta este grupo de policías.

     Después de este he leído otros libros de Arnaldur Issildur y todos me han gustado así que os hablaré de ellos J.

     Un abrazo a todo y nos leemos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El mayor Pettigrew se enamora. Helen Simonson.


    Ya iba siendo hora de que volviéramos también con este blog, ¿no os parece? Y aquí estamos, con ganas de contaros y de que nos contéis.

     Este verano he leído mucho y para ser sincera, más de uno y más de dos libros de los que he dicho “qué malísimo es” pero que he devorado y con los que he disfrutado una barbaridad. Os cuento esto porque, aunque yo nunca he sido prejuiciosa en este sentido y leo por gusto y para aprender, me ha sorprendido que los libros que han ido cayendo en mis manos estos meses han sido en gran medida de este corte. Se ve que necesitaba literatura ligera, jeje y os hablaré de muchos de ellos en las próximas entradas.

     Pero hoy no, hoy, para empezar bien el curso, os quiero hablar de uno de los que no ha sido así, de los que me ha gustado por su conjunto y que ha sido una delicia leer.


     Hacía tiempo que quería leer este libro. Me había llamado la atención cuando apareció como novedad en la web de Salamandra, luego me lo había recomendado mi tía y poco a poco, mis padres y algunos blogs de confianza pero, por unas cosas o por otras, no conseguía que llegara a mis manos y su lectura se hizo esperar.

     La semana pasada por fin me hice con él y no tardé ni medio minuto en viajar al tranquilo pueblo de Edgecombe St. Mary, donde se desarrolla la mayor parte de la acción y donde vive el mayor Pettigrew, militar ya retirado, en una casita típicamente inglesa y siendo, como casi todos sus vecinos, amante de las tradiciones y las viejas costumbres.

     Una mañana el mayor recibe una mala noticia y de manera inesperada, recibe consuelo y apoyo de la Sra. Ali, viuda, de origen paquistaní, con la que hasta entonces apenas había hablado y que regenta una tienda de ultramarinos. Para sorpresa de ambos, tienen muchas cosas en común y pronto se dan cuenta de que la mutua compañía les agrada. Pero esta incipiente amistad no tardará en causar revuelo en el pueblo y en ser objeto de dimes y diretes, desconcertando a nuestros protagonistas y dando lugar a situaciones ridículas, cómicas e indignantes a partes iguales.


     Lo primero que debo decir de este libro es que, desde el primer momento, nos vemos metidos de lleno en una vorágine de personajes, cada uno con sus peculiaridades, que hace de este relato un conjunto colorido y varipinto en el que todos tienen algo que aportar. Algunos nos hacen sentir enfado, otros ternura, con unos reímos y con otros sentimos lástima o pena y entendemos su dolor. Hay cabida para todo en esta historia pero siempre contado con optimismo y en positivo, enseñándonos a mirar las cosas desde distintos ángulos y puntos de vista.

     La vida del mayor siempre fue meticulosa y organizada, como él y de repente, todo cambiará y se sorprenderá restando importancia a cosas que fueron fundamentales en otro momento. Con esta dinámica, la autora nos va paseando por situaciones ridículas, serias, absurdas, trepidantes y divertidas y nos descubre que en los pueblecitos tranquilos siempre hay algo que bulle en silencio.


     El mayor, nuestro protagonista, se verá obligado a cuestionarse muchas cosas pero nos mostrará que, aunque rectificar es de sabios, no se deben abandonar los principios y mucho menso si es en teórica defensa de estos mismos principios.

     Este ha sido, para mí, uno de esos libros que me ha dado pena terminar, me ha gustado muchísimo pasear por Edgecombe St. Mary y acompañar al mayor, a la señora Ali, y a los demás personajes. Supongo que me gustaría poder seguir allí y saber más de qué pasó después.

     Pero como eso no puede ser, de momento, yo no puedo más que recomendaros este libro encantador y agradable, lleno de verdades y que con humor y alegría nos muestra que la vida tiene distintas caras y que siempre, siempre, se guarda un as en la manga.

    

miércoles, 31 de julio de 2013

¡Volvemos pronto!


        Ya veis que los blogs andan algo apagadillos y que la tónica, este curso, ha sido un poco menos activa que en años anteriores. No queremos que el curso para el que nos estamos preparando sea así, queremos volver a estar al 100% y ser capaces de llevar todo “palante” y no dejar vuestros comentarios sin responder o no publicar post como es debido. Este año nos hemos visto un poco desbordados pero estamos dispuestos a aprender de nuestros errores.

     Por eso y porque ya lo hemos hecho otros veranos, Matildilla se va de vacaciones en agosto, que creo que se lo merece.

     Yo, María, sigo trabajando y preparándome para que el nuevo curso sea estupendo y para traeros cosas bonitas e interesantes pero andaré poco por la blogosfera o las redes sociales, a veces es necesario cambiar un poco de actividad, ¿no os parece?

     No me queda más que agradeceros, como siempre y con el alma, vuestro apoyo, vuestro cariño y vuestra compañía, nada sería igual si no estuvierais aquí y desearos que lo que queda del verano descanséis y disfrutéis, cada uno como más le apetezca y en la medida de sus posibilidades.


            Un abrazo muy grande y ¡nos vemos pronto!

jueves, 4 de julio de 2013

Don de lenguas. Rosa Ribas / Sabine Hofmann.


    Reaparezco después de más de un mes totalmente desaparecida y debo disculparme porque, aunque lo dije en facebook, me fui sin despedirme ni nada. Pues bien, la razón de tanto tiempo sin asomarme por aquí es muy sencilla, Matilda, Byron, Hermione, Jaime y yo nos hemos mudado y ha sido una mudanza algo precipitada y muy caótica por lo que hemos tardado en volver a la calma. Ahora ya estamos bastante instalados, disfrutando de la casa nueva, con despacho nuevo ¡y jardín! Estamos muy contentos, la verdad.

     Muchas gracias por todos vuestros comentarios y por esa compañía que tanto nos anima.

     Hoy os traigo un libro que me ha gustado mucho pero que ha sido complicado de leer por las circunstancias en que se ha visto envuelto. Desde aquí, agradezco a la editorial Siruela que me lo enviara y me permitiera disfrutar de una autora que me gusta mucho y descubrir otra muy interesante.

     Cuando el libro llegó acababa de empezar a leer otro por lo que le tocó esperar un poco y luego, cuando por fin pude ponerme con él, horror, la mudanza se nos echó encima y el pobre pasó como una semana encerrado en una caja y yo buscándolo como una loca sin dar con él.


     Superados estos obstáculos, ha sido una lectura estupenda por muchas cosas.

     Ana Martí es periodista de sociedad en la Barcelona del año 52, pertenece a una familia caída en desgracia por su poca afinidad con el régimen franquista que en ese momento gobierna España y quiere, por encima de todo, dejar de escribir crónicas de sociedad y hacerlo sobre cosas serias. Por desgracia, con su árbol genealógico a la espalda y siendo mujer, las cosas no son sencillas. Por eso, cuando su jefe le encarga cubrir el asesinato de Mariona Sobrerroca, una conocida viuda de la burguesía, no duda en implicarse, quizá un poco más de la cuenta, en la investigación del mismo, sin pararse del todo a pensar en las consecuencias que eso puede traer, tanto para ella como para su prima, Beatriz Noguer, a la que el entusiasmo de Ana y la curiosidad arrastraran a esta aventura.

     Nunca he reseñado en el blog un libro de Rosa Ribas. Debería hacerlo porque es una escritora que me gusta mucho y que le da a la novela negra siempre un toque especial. En este caso no escribe sola, la acompaña Sabine Hofmann, a la que no conocía pero con la que ha escrito, como ya os he dicho, un libro interesante y entretenido.


     Hoy en día, que los amantes del género policiaco tenemos novelas de todo tipo y para todos los gustos, esta vez nos encontramos con una de tono sosegado y ritmo tranquilo que nos va dejando miguitas de pan para que sigamos los pistas y nos va enredando en la trama con calma, como sabiendo que, en realidad, ya no podemos escapar y queremos seguir leyendo.

     Esta es una historia bien escrita y bien ambientada que, si bien no esconde el ambiente opresivo de una dictadura, tampoco lo utiliza para hacer demagogia de nada. Barcelona es como es y en ese ambiente nos movemos, con sus luces y sus sombras y en este caso mostrándonos lo peligroso que puede ser ir a contracorriente o molestar a según qué sectores de la sociedad.

     Sobre los personajes, es cierto que los he notado un poco lejanos y que he echado en falta algo más de familiaridad pero, a pesar de eso, están bien construidos y saben llevar la trama sobre sus hombros perfectamente.


     Una de las cosas que más me ha gustado de esta novela es, lógicamente, el papel que la lengua tiene en ella, no en vano, Beatriz es filóloga y se gana la vida con su carrera. Será gracias a ella que las piezas empezarán a encajar y a tomar forma y será también ella la que sospechará de resoluciones fáciles basándose en lo que ha leído.

     Aparte de esto, pasear por Barcelona, una ciudad preciosa hoy y hace 50 años ha sido todo un placer.

     Así pues, si no conocéis a Rosa Ribas, os invito q que lo hagáis y si buscáis una novela inteligente, que os entretenga pero os cuente algo más, esta puede ser una buena opción.

     Un abrazo a todos y nos leemos.

jueves, 30 de mayo de 2013

El insólito peregrinaje de Harold Fry. Rachel Joyce.


     Ya os he hablado de mi librero favorito, mi amigo Joaki que fue, además, compañero de trabajo y batallas en mis tiempos de librera. Joaki es, para Jaime y para mí, una persona muy especial, alguien a quien queremos mucho y especialmente para mí, uno de los pilares silenciosos que forman parte de todo lo bueno que tenemos. Hoy es, también, empresario con librería propia ya que entró a formar parte de mi querida Laextra vagante, enriqueciendo aún más este espacio diferente y mágico por dentro y por fuera.

     Compartimos muchas cosas pero claro, la que nos unió fue el amor por los libros así que, ya os imaginaréis, entre nosotros hay un tráfico constante de novelas, críticas, opiniones e ideas. Y como buen librero que es, se encarga de hacerme llegar historias especiales de esas que luego no puedes dejar de recomendar. La de hoy es una de ellas.


     Harold Fry está jubilado y vive, aparentemente, una rutina gris en su casita típicamente inglesa de un pueblo al sur de Inglaterra, en compañía de su mujer, Maureen, que dedica sus días, aparentemente, a ser un ama de casa un poco obsesionada con la limpieza. Una mañana Harold recibe una carta de su amiga Queenie, antigua compañera de trabajo, a la que hace años que no ve; le cuenta que se está muriendo y que quiere despedirse.

     Confundido y muy afectado decide enviarle una nota de condolencia pero a medida que sus pasos se acercan al buzón esta le va pareciendo vacía y ridícula por lo que sigue meditando y pasando de largo buzones y oficinas de correos hasta que piensa que debería despedirse personalmente de Queenie. Como está, sin teléfono móvil, mochila o un calzado adecuado continúa su caminata esperando que su amiga le espere con vida o incluso que se salve, a pesar de que debe recorrer unos 1000 km hasta el norte del país.


     Así contado la historia puede parecer un poco simple, un paseo desde el norte hasta el sur de Inglaterra con un jubilado que no tiene mucho más que hacer, pero no es así. Este es, como bien dice el título, un peregrinaje en el que Harold conocerá gente de todo tipo, revisará su vida, reconocerá errores y se dará cuenta de que se culpa por cosas por las que no tendría que hacerlo, recordará sus tiempos felices y menos felices, volverá a andar el camino de su matrimonio y encontrará las razones que lo llevaron a convertirse en lo que es hoy, pensará, mucho, hablará con muy diferentes personas, escuchará historias tristes y alegres y sobre todo, se reencontrará con él mismo.

     Al mismo tiempo, Maureen hará un recorrido similar sin moverse de su casa, el enfado y la frustración irán dejando paso a la añoranza y esta derribando muros y miedos para que ella también pueda ver su vida con otra perspectiva.

     Creo que esta es una de las cosas que más me ha gustado del libro, Harold sale solo de casa y pensamos que haremos todo el camino con él, sin mirar atrás pero la autora, con delicadeza y elegancia, nos permite acompañar también a Maureen y así conocer mejor a ambos personajes y todo lo que fue y es su historia.


     No sabría definir muy bien el estilo de este libro ya que, si bien no es de acción y los diálogos no están excesivamente presentes, es ligero y no cansa ni aburre. Supongo que esto se debe a que el texto nos sorprende continuamente y a que, poco a poco vamos descubriendo que la vida de Harold y de Maureen no es como nosotros pensábamos. A la vez, nos hace pensar y caminar, de manera metafórica, claro, con ellos.

     En este libro se unen historias tristes pero bien tratadas, sin llegar al drama, con momentos agradables y episodios simpáticos por lo que no se hace difícil de leer ya que no es amargo pero sí emotivo.

     En fin, que a mí me ha gustado mucho, me ha parecido una lectura muy agradable, una historia bien escrita y unos personajes con los que me ha gustado peregrinar. Si buscáis algo relajado de este corte, esta puede ser una buena opción.

jueves, 25 de abril de 2013

La danza de la gaviota. Andrea Camilleri.


Creo que no es la primera vez que os cuento que de todos, todos los detectives, comisarios e inspectores sobre los que leo, Montalbano es mi preferido. Y tampoco es la primera vez que os digo que Andrea Camilleri, su creador, es uno de los escritores que más me gusta. En fin, que, hoy, me toca repetirme un poco y hablar de un escritor que ya ha pasado por aquí más de una vez y de un personaje que es un viejo conocido.




     Esta vez el misterio y la intriga llegan de la mano de Fazio, personaje entrañable y mano derecha de Montalbano desde sus primeras andanzas. Ha desaparecido y los pocos datos que en la comisaria tienen de él no hacen presagiar nada bueno. El comisario más preocupado de lo que nunca le hayamos visto y el resto de sus hombres no van a dejar piedra sin levantar hasta encontrarle, vivo ¿o muerto?

      Cuando un escritor tiene una serie larga de novelas es inevitable que las cosas vayan cambiando porque los personajes crecen y maduran en cada nuevo título. También es inevitable que unos libros nos gusten más que otros. Desde que Montalbano empezó a hacerse mayor hubo algunas veces en que pensé que, aunque a mí seguían gustándome mucho, las historias habían perdido algo de frescura. Yo siempre he disfrutado leyendo lo que Camilleri escribe pero, de vez en cuando, echaba de menos al comisario de los primeros libros.
 

      Pues bien, esta vez, debo decir que este escritor, para mí tan genial, ha vuelto a superarse y ha escrito una novela fresca, como las del principio, llena de ese humor gamberro que tanto me gusta y cargada de acción y agilidad. Como siempre, ha conseguido que suelte una carcajada de esas que no puedes parar (siempre me pasa con Montalbano) y que disfrute mucho, muchísimo con esta lectura. Además, en esta ocasión, toda la novela tiene un fondo emotivo en el que se ve claramente que los vínculos del comisario con su gente, a la que ya conocemos de sobra, son fuertes y muy humanos. La preocupación del comisario por la desaparición de Fazio y varios momentos emocionantes dan un toque diferente a esta aventura.

      En fin, para los que aún no conozcáis a Salvo Montalbano, a Fazio, a Mimí o al genial Catarella, ya sabéis, os recomiendo que les deis una oportunidad. Para los que ya os habéis encontrado con ellos y los apreciáis como yo, esta nueva aventura es tan estupenda como siempre.
 

      Curiosamente, hace unos días vi que este año en la editorial han cambiado la novela de corte intimista de Camilleri que suelen publicar por otra policiaca así que, aunque tenga ganas de volver a leer esa faceta del autor, espero poder sumergirme pronto las nuevas historias de mi querido comisario Montalbano.

viernes, 5 de abril de 2013

Diez mujeres. Marcela Serrano.


    Hay libros que no llegarían a nosotros si no fuera porque ellos se esfuerzan mucho. A veces porque no los vemos, no sabemos que existen, otras porque, en la estantería en que estaban, no nos llamaron la atención, o porque leímos la sinopsis en un mal momento. El caso es que, por h o por b, esos libros no entran en la lista de pendientes pero, claro, ya hemos hablado de esa idea de que ellos llegan a ti cuando quieren y eso fue justo lo que me pasó a mí con Diez mujeres.

   
    Un buen amigo me lo prestó sin que yo se lo pidiera, me dijo "te va a gustar" y yo, que me fío de él porque, además, es mi librero favorito, me lo llevé a casa y dejé que me contara.

    ¡Qué bien que los libros tengan ese empeño en llegar a nosotros!
Porque, en este caso, para mí ha sido un descubrimiento.

    Una mañana como otra cualquiera un grupo de mujeres se reúnen en una casa. No se conocen, no se parecen y sin embargo, la psicóloga de todas ellas pensó que tenían algo que decirse unas a otras. Así
empieza esta novela en la que una a una, diez mujeres, nos van
desgranando su vida. Vidas de todo tipo y con problemas de todos los tamaños y colores, vidas con las que sentirse identificados o no, que nos podrán gustar más o menos pero que siempre tienen algo que enseñarnos.




    Este libro tiene muchas cosas especiales, para empezar, las
protagonistas, personas con algún trocito del alma roto pero siempre peleando por salir adelante, yo creo que, en el fondo, todos somos así. Para seguir, esas vidas, a veces tan duras que uno no entiende cómo se reparte este mundo en que vivimos que los golpes siempre dan en el mismo sitio. Las diferencias y similitudes entre unas y otras, las maneras de enfrentar el futuro, el presente o el pasado, esa forma de contarnos las cosas que tienen los personajes, ese fondo, triste y optimista a la vez... Muchas cosas, sí señor.

    Además, vamos a viajar hasta Chile, el de hoy en día y el de hace años y le vamos a ver su cara más amable y también la más cruel.
 

    Con un lenguaje fresco y muy expresivo y un ritmo muy ágil, que no nos permite aburrirnos, la escritora nos regala una lectura francamente agradable, llena de matices, luces y sombras, con todos los mensajes que uno, si quiere, quiera encontrar y sobre todo, lleno de ternura.

    No conocía esta novela y no había leído nada de esta escritora pero, como ya os he dicho, me alegro de que ambas, de la mano de mi amigo, se hayan acercado a mí.
 
    He disfrutado mucho leyendo este libro, me ha gustado y me ha contado muchos secretos incluso, de mí misma.

martes, 26 de febrero de 2013

El abuelo que saltó por la ventana y se largó. Jonas Jonasson.


      No sé qué pensaba que sería este libro cuando lo cogí para leerlo pero desde luego, lo que encontré no lo esperaba en absoluto.

     ¿Sabéis cuando un libro espera pacientemente en la estantería, sin protestar y vosotros pasáis delante, lo miráis un poco, estáis tentados y al final os decidís por otro? Eso me pasaba a mí con El abuelo que saltó por la ventana y se largó. Lo veía y me llamaba la atención pero, no sé por qué, no acababa de decidirme. Finalmente, hace unos días, mis padres me comentaron que era muy divertido y como yo quería una lectura divertida, me animé.

     ¡Y cómo me alegro de haberme animado! Porque, si bien no es un libro de carcajadas constantes, sí lo es de escenas disparatadas y de sonrisas que nos acompañan página, tras página y eso lo hace, como ya me habían dicho mis padres, muy divertido.

     Allan Karlsson espera en su habitación de la residencia de ancianos donde vive para bajar a celebrar su cumpleaños número 100 al que asisten periodistas, todo el personal de la residencia y hasta el alcalde pero, de pronto, piensa que nada de eso va con él y vestido con su mejor traje y unas pantuflas decide salir por la ventana y largarse. Si pensamos que, debido a su edad, no llegará muy lejos, estamos más que equivocados. Allan va a demostrarnos que a los 100 años, ¡la vida no ha hecho más que empezar!

     Y mientras acompañamos al anciano en una serie de episodios a cual más absurdo y conocemos a sus nuevos amigos, personajes curiosos, cuando menos, repasamos también su vida, una vida igual de trepidante, disparatada e hilarante que la aventura en la que ahora está entretenido.

     Pero es que, con Allan, todo parece tremendamente sencillo, las cosa se suceden una tras otra, locura tras locura y sin que nuestro protagonista tenga más pretensión que vivir, razonablemente cómodo, o un plan determinado. Se deja llevar, cayendo siempre de pie, para deleite de los que leemos sus aventuras y desesperación de quienes le persiguen.

     Resulta curioso que alguien que se niega a meterse en política se encargue de hacernos, de una manera aparentemente muy inocente, una crítica feroz y brutal a la sociedad en que nos movemos y de tantas grandes figuras e ideologías. Allan Karlsson no quiere saber nada de ninguna pero nos habla de todas y se ríe de ellas constantemente. Imagino que, por eso entre otras cosas, este libro es diferente.

     Con una prosa muy ágil, unas conversaciones frescas y ocurrentes, una acción loca, sin pausas y unos personajes con los que es imposible no encariñarse, este libro es uno de los mejores que he leído últimamente. Me he reído, he pensado y sobre todo, he disfrutado de una historia original, muy bien escrita y muy bien planteada.

     Si aún no sabéis como sigue la historia de este abuelo que saltó por la ventana, ¡no os lo perdáis! Creo, de verdad, que os va a gustar.

miércoles, 6 de febrero de 2013

La mujer que arañaba las paredes. Jussi Adler-Olsen.


     Ya sabéis cómo me gusta la literatura policiaca. Es, seguramente, el género que más leo y al que recurro siempre en los momentos de crisis lectoras o en los que solo quiero perderme en los libros, casi nunca me falla.

     Por eso es curioso y extraño que haya tardado tanto en animarme con esta serie, que llega, como tantas otras, de los países nórdicos y de la que he leído tantas buenas opiniones.

     El caso es que me llamaba la atención pero debo reconocer que eso de que el departamento Q trabajara sobre casos no cerrados de hace tiempo me echaba un poco para atrás, no sé, me daba la sensación de que iba a perder intriga y tensión, ¡qué equivocada estaba!
 
 

     Carl Morck es un subcomisario de policía que atraviesa, seguramente, la peor etapa de su vida. Después de que, en su último caso, uno de sus compañeros muriera y el otro quedara gravemente herido no se encuentra con ánimo ni ganas de enfrentar nada o de volver al trabajo, pero debe hacerlo y para empeorar las cosas sus jefes han decidido crear un nuevo departamento compuesto por él solito para trabajar sobre casos no cerrados en el pasado. A pesar de que la idea no le gusta y de que el ayudante que le han asignado le resulta, cuanto menos, chocante, tendrá que elegir un primer caso y poco a poco  sin darse cuenta, se irá implicando y sorprendiendo por la evolución y el cariz que toma la investigación.

     Es curioso que, justo lo que me planteaba dudas para leer estos libros hayan sido, desde este que es el primero, lo que me ha cautivado de los mismos. Casos antiguos que no se cerraron y que parece que no tendrán ninguna emoción porque el paso de los años los ha llenado de polvo, son, en realidad, auténticos retos que, además, nos mantienen en tensión durante toda la novela pensando, ¿lo resolverán? ¿Servirá de algo? ¿Aún llegarán a tiempo de salvar a alguien? Y mientras, de la mano de este policía taciturno, pesimista y cabezota que, por supuesto, no es lo que parece y de su ayudante Assad, vamos a ir conociendo hechos, personajes, incongruencias… Esta vez para saber qué fue de Merete Lynggaard, joven promesa política que un día desapareció y a la que se dio por muerta aún sin que hubiera pruebas concluyentes.
 
 

     Como la mayoría de las novelas nórdicas de este tipo que han llegado a nosotros, nos vamos a mover en un ambiente gris y con unos personajes herméticos y en muchos casos tremendamente retorcidos.

     Creo que ya os he comentado cómo me llama la atención esta característica tan repetida en este tipo de libros. Los dramas son sucios y enfermizos y “los malos” lo son de una manera tan sórdida que encoge un poco el corazoncito. Pero lo más llamativo es que, este ambiente, parece atacar también a los personajes “buenos” que no tienen, ni siquiera en su hogar, un poco de luz y calor. Los libros de crímenes siempre son chocantes y duros pero yo tengo que decir que, con los de este autor, me he sentido algo abrumada en muchos momentos.
 
 

     A pesar de eso, recomiendo sus lectura, ágil y fácil, intrigante desde el primer momento y de esas que mantienen la tensión en cada página. Este libro, como tantos otros, no es una obra maestra pero es realmente entretenido y a mí me ha gustado mucho, lo he leído con auténtico interés, totalmente fascinada por los hechos y por unos protagonistas con los que, a pesar de sus rarezas, me he encariñado mucho.

     Y como cuando me hago amiga de los personajes me gusta saber qué es de su vida, volveremos a hablar de Morck y de Assad porque, claro, he seguido leyendo sus libros y tienen mucho que contar.

     Como ya he comentado en el blog infantil sigo teniendo problemas con el ordenador pero es agradezco en el alma todos vuestros comentarios y que vengáis a vernos. Espero recuperar pronto mi memoria ram (o algo así) para poder responder y devolver visitas. Un abrazo grande y nos leemos.

jueves, 24 de enero de 2013

El libro de la señorita Buncle. D.E. Stevenson.


    Bueno, nos está costando recuperar el ritmo pero me da mucha pena ver que mi querido blog limonero avanza tan poquito, con la de libros interesantes que he leído últimamente así que, aquí estoy, para hablaros de uno que me ha gustado muchísimo.

    No sé si a vosotros os pasa, supongo que sí, pero yo hay veces que solo quiero leer libros agradables, que me hagan pasar un rato bonito y si me puedo encariñar con sus personajes mejor. Esta es una de esas veces, no lo consigo porque no tengo muchos a mano y tampoco se me ocurren títulos pero en este tiempo, me encantaría perderme en libros de esos que te hace sonreír todo el tiempo. Si se os ocurre alguno que me podáis recomendar, estaría feliz de conocer nuevos títulos.

    Por suerte, antes de Navidad me habían regalado El libro de la señorita Buncle y  su lectura fue todo lo encantadora que yo imaginaba que sería. Descubrí este  libro gracias a la Semana Britihs que organizó Carmen en su blog, uno más de los muchos que hice esa semana tan divertida.

    La señorita Bárbara Buncle no pasa por uno de sus mejores momentos económicos, en plena depresión de los años 30 sus rentas han menguado considerablemente y después de plantearse varias posibilidades decide, ¿por qué no?, escribir un libro. Pero ella solo sabe escribir sobre lo que conoce y solo conoce de verdad el pueblito en el que ha vivido siempre así que, ni corta ni perezosa, con un retoque aquí y un cambio de nombre allá, escribe una divertida historia en la que retrata a todos sus vecinos  y que, además de sensación, va a causar un gran revuelo en el apacible lugar.

- Entonces se le ocurrió que podía escribir un libro -dijo el señor Abbott comprensivamente.

- Bien, no se me ocurrió tan pronto - replicó la autora- Primero pensé en otras muchas cosas, como criar gallinas, por ejemplo, pero no me interesan nada las gallinas. No me gusta tocarlas. Aletean tanto, ¿verdad? Y a Dorcas tampoco le gustan. Dorcas es mi criada.

- ¿Susan? - preguntó el señor Abbott con una sonrisa, refiriéndose con un gesto al manuscrito de Crónicas de un pueblo inglés, que estaba encima de la mesa.

La señorita Buncle se sonrojó. No confirmó ni negó que Dorcas fuera

Susan ni Susan, Dorcas. El señor Abbott no insistió.

- Bien, así pues, descartó usted las gallinas definitivamente - la animó a continuar.


    La verdad es que no sabría decir qué ha sido lo que más me ha gustado de este libro. Para empezar, la agilidad y sencillez con que está escrito. Su lectura es fácil y ligera, no cansa en ningún momento y la autora consigue que nos mantengamos expectantes ante lo que pueda ocurrir, sonriendo antes algunas escenas e indignándonos ante otras.

    Pero, no me entandáis mal, que esté escrito con sencillez no quiere decir, en ningún momento que caiga en la simpleza, es, por el contrario, original, inteligente y muy atractivo. Los hechos que se nos narran describen la sociedad en la que vivimos, entonces y ahora, llena de gente de todo tipo y el ambiente en que nos situamos es tranquilo y acogedor, por lo que las situaciones que se van dando a lo largo de la obra chocan con esa tranquilidad, haciéndolo todo muy divertido y mostrando claramente que en todas partes cuecen habas.

    La señorita Buncle  es una protagonista encantadora con la que simpatizamos desde el primer momento y con la que compartimos opinión sobre la gran mayoría de sus vecinos, los cuales se nos muestran como un abanico de caracteres y personalidades que llenan el texto de color y diálogos llenos de chispa.

    Es un libro muy agradable, de verdad y si os gusta la literatura inglesa, tenéis ganas de pasar un buen rato y os apetece pasear por un pueblito acogedor esta puede ser una opción estupenda.

                 
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