viernes, 25 de octubre de 2013

Las marismas. Arnaldur Indridason.


    Leí en un blog de novela negra que, para los lectores que echábamos de menos al inspector Kurt Wallander (de Henning Mankell), eran muy adecuadas las novelas de otro escritor que viene del norte, esta vez de Islandia y que protagonizan otro policía gris y triste.

     Como yo sí echo de menos al querido Kurt Wallander y releer sus libros no tiene el mismo encanto me animé a conocer a Erlendur Sveinsson, a sus compañeros, Sigurður Óli y Elínborg y un poquito de la ciudad de Reikiavik y sus alrededores.


     En Las marismas, nos encontramos con el cadáver de un anciano en el sótano de un edificio y junto a él la fotografía de la tumba de una niña, enterrada hace muchos, muchos años y una extraña nota en la que se lee “yo soy él”. Para Erlendur, en un primer momento, nada tienen sentido pero, poco a poco, irá desenredando la madeja y descubriendo que el anciano guarda un oscuro pasado y que eso ha llevado a algunas personas a un triste presente.

     Debo decir que, para los nostálgicos como yo, ningún otro policía nórdico al que hayamos conocido después, ocupará el sitio de Wallander pero que Arnaldur Indridason ha conseguido, con sus historias, cautivarme por completo.


     Sabéis que la novela policiaca me encanta y que soy tremendamente fiel a varios inspectores y detectives de distintos lugares del mundo. Los nórdicos tienen de característicos que todos mantienen una atmosfera gris y triste, relaciones familiares complicadas y crímenes de lo más rebuscados, pero algunos, como el policía al que he conocido esta vez, tienen además un rasgo que es el que yo creo que los hace creíbles, humanidad, mucha humanidad. Esto los hace a la vez especiales y le da a sus novelas un toque diferente, más serio, más real.

     Y es que para Erlendur cada víctima es importante, cada historia debe ser respetada y todas las personas se merecen comprensión y respeto hasta que se demuestre lo contrario.


     Por eso y porque los crímenes no caen en lo fácil y lo morboso, es por lo que me ha gustado este libro. La historia mantiene la intriga y el suspense y nos va sorprendiendo poco a poco.

     Además, el ambiente, siempre húmedo de Reikiavik, me ha parecido llamativo y creo que es un caldo de cultivo perfecto para los casos a los que se enfrenta este grupo de policías.

     Después de este he leído otros libros de Arnaldur Issildur y todos me han gustado así que os hablaré de ellos J.

     Un abrazo a todo y nos leemos.
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